Tecnología MIMO: optimiza tu red WiFi
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El auge del teletrabajo ha venido a poner blanco sobre negro la importancia de tener una buena conexión WiFi en nuestras casas. De ahí que optimizar la red WiFi doméstica sea una decisión ineludible si queremos disfrutar de todos los servicios del mundo digital. La tecnología MIMO es una aliada clave para lograrlo.
La conexión a internet a través del cable en casa es una cosa del pasado. Puesto que solo está pensada para los ordenadores personales e imposibilita el movimiento. El WiFi se ha consolidado como una tecnología hegemónica en el ámbito doméstico. A través de él podemos conectar nuestros portátiles, pero también nuestros móviles, smart-tvs, enchufes inteligentes y demás dispositivos digitales. Hoy en día, una casa puede estar digitalizada casi en su totalidad.
El WiFi, un bien de primera necesidad
Según hemos ido adquiriendo objetos que necesitan contar con acceso a internet para funcionar, el WiFi se ha ido convirtiendo en un bien básico en todo hogar, casi al mismo nivel que la luz o el agua. ¿Estamos exagerando? Pruebe a vivir una semana sin WiFi y verá cómo su vida se ve completamente trastocada.
El WiFi afecta directamente a nuestra esfera laboral. Sin internet no podemos teletrabajar, si la conexión es mala, tampoco. La pandemia ha puesto de relieve que muchas conexiones WiFi no tienen la calidad suficiente para soportar videollamadas o envío de grandes cantidades de datos.
Si el teletrabajo se consolida como una forma de conciliar el trabajo con la vida personal, el análisis de las redes WiFi domésticas y la implementación de la tecnología MIMO van a ser fundamentales.
Pero como apuntábamos antes, no solo nuestra vida laboral se ve marcada por la calidad de nuestra red WiFi. También depende de ella nuestro entretenimiento. Videojuegos, plataformas de streaming para ver series y películas, redes sociales como Instagram o Tik Tok…
Nuestros hobbies hogareños necesitan contar con una conexión a internet óptima y sólida en todo el domicilio, puesto que disfrutamos de ellos en diferentes estancias de nuestra casa.
El diseño de dispositivos digitales ha llegado tan lejos que ya no solo el trabajo y el entretenimiento dependen de una red WiFi bien diseñada. Sino también aspectos tan cotidianos como controlar las luces, programar a distancia la lavadora o regular la calefacción.
Innovaciones que han provocado que nuestros hogares sean más acogedores y podamos gestionar mejor el gasto en electricidad. Y todo ello sin tener que estar dentro de nuestra casa. Avances que mejoran nuestras vidas pero que para poder ser empleados requieren redes WiFi optimizadas.
Qué es la tecnología MIMO
La investigación e innovación en el ámbito de la tecnología inalámbrica no ha parado de crecer en las últimas décadas. Fruto de este esfuerzo vio la luz la tecnología MIMO. Las palabras detrás de este acrónimo explican bastante bien en qué consiste: multiple input, multiple output. Es decir, la tecnología MIMO emplea varios transmisores y varios receptores para enviar y recibir datos.
Frente a la red WiFi básica que solo cuenta con una antena, MIMO incorpora varias antenas que están situadas en lugares distintos. Por muy pequeña que sea la separación entre los transmisores, la señal que emita cada uno de ellos realizará un recorrido diferente hasta el receptor. Estas señales viajan simultáneamente por un solo canal de radiofrecuencia.
Además, la tecnología MIMO permite la conexión de varios dispositivos a través de un único enlace, pero mediante múltiples señales. Por ejemplo, un router y un smartphone pueden conectarse mediante un enlace a través de varias señales, generadas y por varias antenas. Un salto cuantitativo que implica una mejora cualitativa de la red WiFi.
La importancia de la diversidad
La tecnología MIMO se sustenta sobre dos formatos:
- Diversidad espacial. Se emplea para optimizar la relación entre la señal y el ruido y se caracteriza por mejorar la fiabilidad del sistema.
- Multiplexación espacial. Se utiliza para aumentar la capacidad de envío de datos. Para ello emplea los diferentes caminos que recorre la señal desde cada antena.
Al ofrecerle al receptor varias versiones de la misma señal se reducen las posibilidades de que exista un fallo en la transmisión, puesto que éste tendría que afectar a todas ellas. La diversidad juega un papel fundamental a la hora de estabilizar un enlace entre emisor y receptor, mejorando su rendimiento y reduciendo la tasa de error.
Hoy en día, gran parte de los routers incorporan la tecnología MIMO. A partir del estándar 802.11n todos cuentan con ella. Así como también muchos de nuestros dispositivos del día a día como los móviles o los ordenadores personales. Podemos encontrarnos con routers MIMO 2X2, 3X3 o 4X4. Estos números hacen referencia al número de antenas de transmisión y recepción.
Precisamente, las antenas son la auténtica clave de MIMO. No solo por su cantidad o localización, sino, sobre todo, por su inteligencia. Su desarrollo tecnológico permite gestionar y combinar las diferentes señales y optimizar la transmisión de datos.
Aprovechar los rebotes
Todo aficionado al baloncesto sabe lo importante que es coger los rebotes. Ya sea en defensa o en ataque. A la hora de optimizar una red WiFi también son fundamentales. Una de las claves de la tecnología MIMO es que los rebotes, lejos de crear interferencias o aumentar el ruido en la señal, se convierten en un activo.
La información transmitida en cada señal rebota en los diferentes componentes de nuestros domicilios: paredes, techos, muebles… Como cada una es enviada desde un sitio distinto, su trayectoria desde el emisor al receptor será diferente y los objetos contra los que rebote también. Así, las señales llegan a la antena de recepción desde ángulos y tiempos diferentes.
Precisamente, la diversidad temporal complementa a la espacial y permite que las antenas receptoras combinen datos llegados mediante recorridos diferentes y en tiempos distintos.
Para ello, además, la tecnología MIMO incorpora los códigos de bloque espacio-temporales (Space time block codes). Esta operación consiste, en primer lugar, en codificar los datos por bloques antes de la transmisión. Y, a partir de esta acción, distribuirlos por las diferentes antenas y espaciar su envío en el tiempo. Las antenas receptoras decodifican los datos y combinan las diferentes versiones que les han llegado para extraer la mayor cantidad de información posible.
El objetivo es, claro está, que esa combinación sirva para optimizar la captación de la señal y, con ella, el funcionamiento del WiFi en toda la vivienda.
Velocidad de transferencia, cobertura y rendimiento
Cuando pensamos en cómo funciona nuestro internet, lo primero que se nos viene a la cabeza es la velocidad de transferencia de datos. En el avance e implementación del WiFi, este parámetro ha sido siempre el principal objetivo. La tecnología MIMO incrementa la velocidad de transferencia aprovechando el ancho de banda al máximo, pero sus ventajas no se limitan a este aspecto.
MIMO nos permite, también, ampliar la cobertura del WiFi. Un aspecto clave hoy en día. Si bien antaño usábamos internet en áreas muy concretas de la casa, como el salón o alguna habitación; ahora ya lo empleamos en todas las zonas de nuestros hogares. Como consecuencia de este cambio en nuestros hábitos, demandamos que nuestro WiFI cuente con una cobertura que nos garantice que la transmisión de datos es óptima allí donde nos encontremos.
Asimismo, el rendimiento de los datos también mejora gracias a la tecnología MIMO. Como señalamos anteriormente, se reduce el ruido y la posibilidad de que se produzca un fallo que nos deje sin señal. Pero, además, el rendimiento de los datos se ve incrementado, gracias a las antenas inteligentes y la diversidad espacial y temporal.
Conectar varios dispositivos y mantener la seguridad
Junto a las tres ventajas anteriores, cabe señalar dos cuestiones muy importantes. El diseño de la red WiFi de nuestras viviendas tiene que garantizar, en primer lugar, que la velocidad y el rendimiento de los datos son óptimos, para poder llevar a cabo tareas del día a día como hacer videollamadas o enviar grandes volúmenes de información. Y, en segundo, que la cobertura es amplia y eficiente. Pero no llega con eso. También tiene que permitirnos conectar varios dispositivos a la vez sin que el servicio pierda calidad.
En una misma casa pueden vivir varias personas con sus propias necesidades. O, incluso, una única persona que emplea varios dispositivos que requieren internet a la vez. Es una realidad que ya está aquí y que va en aumento. Nuestros hogares se están digitalizando y volviéndose inteligentes. La tecnología MIMO nos permite optimizar la red WiFi para adaptarla a todas las necesidades que nos puedan surgir.
Así, gracias a la multiplicación de las antenas inteligentes de transmisión y recepción, también se pueden multiplicar los dispositivos que pueden estar conectados a internet de forma óptima y sin que el rendimiento de los datos se vea afectado en ninguno de ellos.
Todo ello se debe conseguir cuidando, a su vez, la seguridad de los dispositivos conectados a la red WiFi y de la propia red en sí misma. La incorporación de más antenas y el acceso de un mayor número de dispositivos no conlleva un aumento de las vulnerabilidades.
Al migrar nuestra vida a la nube, debemos ser especialmente cuidadosos en materia de ciberseguridad. El diseño de la red WiFi debe tener en cuenta este aspecto, protegiéndola de posibles ataques.
Acrylic Heatmaps: analiza tu red
¿Cómo podemos sacarle el máximo partido a la tecnología MIMO? Analizando la red WiFi con la herramienta Acrylic Heatmaps. Este software permite diseñar, analizar y detectar problemas WiFi.
Con ella podemos testear cómo está funcionando el router MIMO 3X3 o 4X4 con el que contamos y si sus características se ajustan a nuestras necesidades.
Para ello, Acrylic Heatmaps llevar a cabo mediciones WiFi y almacena información detallada sobre los dispositivos que configuran la red. Y, a partir de estos datos, genera mapas de cobertura detallados de cada punto de acceso. De esta forma podemos saber con precisión si nuestra red está o no optimizada.
Con esta herramienta se analiza la infraestructura WiFi existente, se estudia la calidad de la señal y se generan mapas de calor señalando de forma gráfica cómo evoluciona dicha calidad en cada uno de los espacios. Teniendo en cuenta cómo se configura el espacio y de qué materiales está hecho.
Con toda esta información en la mano, se puede diseñar la red para exprimir todo el potencial de la tecnología MIMO, conociendo cómo se desplazan las señales de las antenas inteligentes por nuestra vivienda y seleccionando las mejores localizaciones, teniendo en consideración los diferentes dispositivos con los que contamos.
En definitiva, el WiFi se ha convertido en un bien básico de nuestro día a día, relevante en todas las áreas vitales. Por ello, debemos contar con una red WiFi plentamente optimizada, que saque el máximo partido al ancho de banda y nos permita disfrutar de una velocidad de tráfico excelente en todos nuestros dispositivos. La tecnología MIMO y Acrylic Heatmaps son herramientas clave para diseñar una red que se adapte a la perfección a nuestras necesidades.