Cómo planificar una red WiFi en entornos educativos
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Aulas interactivas, bibliotecas digitales, pizarras inteligentes, dispositivos IoT… El aprendizaje digital se ha convertido en uno de los pilares críticos de la educación de nuestros días. Una transformación que plantea incontables retos. Unos culturales y sociales, otros técnicos. Uno de los más complejos es, sin duda, cómo planificar una red WiFi en entornos educativos.
Universidades, colegios, escuelas infantiles… La digitalización ha entrado como elefante en cacharrería en el universo de la educación. Y con ello han aflorado retos técnicos y logísticos que requieren de conocimiento y medios.
Planificar una red WiFi en entornos educativos es un proceso que exige de un profundo análisis, dado que son muchas las variables a tener en cuenta: intensidad de la señal, latencia, escalabilidad, y seguridad, entre otras. De la dimensión del desafío hemos tenido sobradas pruebas en los últimos tiempos
En mayo del 2024, la Universidad Complutense de Madrid sufrió un ciberataque que supuso la filtración de los datos personales y académicos de miles de alumnos, docentes y graduados. La red WiFi de la institución, poblada por miles y miles de personas que conforman la comunidad universitaria, se situó entonces en el ojo del huracán. Solo unos meses después, en septiembre, la Universidad Pontificia de Salamanca se enfrentaba a un incidente similar.
Este artículo analiza exactamente este y otros muchos desafíos. La necesidad que tienen las instituciones educativas de conciliar la potencia desbordante de la digitalización para el aprendizaje con la necesidad de crear una red WiFi robusta, segura y escalable.
1. Necesitades y requisitos, el punto de partida
Antes de comenzar a planificar una red WiFi en entornos educativos, el primer paso es realizar un análisis detallado del proyecto. Se trata de un paso estratégico para garantizar que la red pueda soportar las cargas y la seguridad hoy en el futuro.
Estas son algunas de las variables a tener en cuenta:
1.1 Cantidad de dispositivos conectados
En un entorno educativo, la cantidad de dispositivos que acceso al WiFi puede moverse en magnitudes muy altas. Y además con una escala de variabilidad altísima. Portátiles y tablets de estudiantes y profesores, dispositivos IoT, sistemas de seguridad…
En la universidad, cada vez son más frecuentes los laboratorios con elevados niveles de digitalización que necesitan con frecuencia de la red WiFi para operar. Estimar con criterio, por tanto, el número presente y futuro de dispositivos con acceso a la red será de gran ayuda.
1.2 El factor contenido
Un entorno educativo estándar puede llegar a utilizar en la actualidad una gran variedad de aplicaciones, contenidos y recursos que necesitan de ancho de banda para ser operativos.
Videoconferencias, streaming de contenido educativo y las nuevas plataformas LMS (sistemas de gestión de aprendizaje) son muy intensivas a la hora de consumir recursos de red, por lo que han de estar muy bien definidas a la hora de planificar una red WiFi en entornos educativos.
Por su generalización, en este punto no debemos descartar tampoco la navegación web de ámbito para evitar los temidos cuellos de botella.
1.3 Dónde y por qué
Si el contenido es crítico, el continente es otro elemento clave a la hora de definir las necesidades de la institución. No todas las áreas de un centro educativo tienen las mismas necesidades, por lo que el análisis debe ponderar este hecho.
Un ejemplo: mientas la aulas, bibliotecas y laboratorios suelen ser zonas de alta demanda, las zonas comunes, como pasillos y cafeterías, pueden exigir una cobertura más limitada.
1.4 Más seguras, más robustas
Tal y como señalamos previamente, planificar una red WiFi en un entorno educativo ha de situar la seguridad en el eje central del proyecto. Implementar medidas de control de acceso para proteger los datos sensibles de la institución, y por supuesto también el valioso conocimiento que allí se puede llegar a atesorar, resulta imprescindible en esta era.
Segmentar la red para separar el tráfico de estudiantes, docentes y toda la tecnología de carácter más administrativa es otra de esas prácticas recomendables.
2. Hora de diseñar la infraestructura
Una vez determinadas las necesidades y exigencias de la institución, será la hora de diseñar la infraestructura. Una etapa crítica del proyecto por cuanto supondrá asumir decisiones de carácter técnico que determinarán tanto el rendimiento como la escalabilidad de la red.
2.1 El estándar
La elección del estándar WiFi es uno de los primeros pasos. A día de hoy, los más frecuentes a la hora de planificar una red WiFi en entornos educativos son WiFi 5 (802.11ac) y WiFi 6 (802.11ax).
El primero ofrece efectivamente un rendimiento sólido, pero WiFi 6 está destacando ya en el mercado por su mayor eficiencia en entornos con grandes volúmenes de dispositivos conectados. Principalmente, debido a la incorporación de tecnologías como OFDMA y MU-MIMO.
En este punto, los expertos recomiendan además recurrir cómo mínimo a redes de doble banda (2.4 GHz y 5 GHz) y evaluar la posibilidad de incorporar WiFi6e (6GHz) y dispositivos actualizables a WiFi7. La primera aporta un mayor alcance a los usuarios, pero es más proclive a presentar interferencias. La de 5GHz destaca por su mayor velocidad y menor congestión, en el caso de 6GHz la saturación es mínima, pero también el número de dispositivos compatibles.
2.2 Las ubicaciones
En el proceso que se lleva a cabo para planificar una red WiFi en entornos educativos es crítico definir la ubicación de los puntos de acceso (AP) que garantizarán la calidad de la cobertura y su capacidad.
En este sentido, utilizar mapas de calor y estudios de cobertura serán de gran ayuda para identificar las áreas con mayor demanda. No solo para valorar la calidad de la señal, sino también la capacidad de la red:
En un aula magna o un auditorio de un colegio, por ejemplo, puede ser necesario instalar varios AP para evitar incidencias relacionadas con la saturación o la falta de conectividad.
2.3 Segmentar y asegurar
En esta tarea de diseñar la infraestructura de una universidad o un colegio una práctica recomendada es la segmentación de la red. Recurrir a VLANs (Virtual Local Area Networks) contribuye a separar el tráfico de diferentes grupos de usuarios: estudiantes, docentes y personal administrativo, dispositivos… Esta tecnología no solo permite mejorar la seguridad, sino que también facilita la gestión del ancho de banda y la implementación de políticas de uso.
En relación con la seguridad, es aconsejable utilizar WPA3, el estándar más avanzado en materia de seguridad WiFi. Si además se combina con una autenticación 802.1X para verificar la identidad de los usuarios antes de que accedan a la red, la robustez de la infraestructura se verá optimizada. Por descontado, otra de las buenas prácticas recomendadas es la instalación de un firewall que filtre el tráfico y garantice un uso adecuado de la red.
3. Un aliado estratégico
Habida cuenta de que planificar una red WiFi en entornos educativos es una tarea técnicamente compleja, parece más que razonable plantear el proceso con herramientas altamente especializadas y de última generación.
Recurrir por ejemplo a la suite de aplicaciones de Acrylic Wifi puede contribuir a afinar cada una de las múltiples tareas y desafíos que se plantean por el camino.
Usar Acrylic WiFi Heatmaps para planificar desde cero el diseño de la red, la ubicación de los puntos de acceso garantizando una cobertura adecuada y la validación en tiempo real una vez realizado el despliegue de la infraestructura, Acrylic WiFi Analyzer para determinar problemas y resolverlos o Acrylic WiFi Sniffer para realizar un análisis detallado y a bajo nivel de posibles problemas de protocolos o incompatibilidades así como y optimizar la señal y evitar interferencias representa una hoja de ruta adecuada en ese complejo proceso de diseño de la red.
Una tarea esta que ha de tener continuidad en adelante con trabajos permanentes de mantenimiento y monitorización de la infraestructura.
4. Conclusiones
En definitiva, diseñar e implementar una red WiFi robusta, eficiente y segura representa en estos tiempos una contribución decisiva para garantizar la transformación digital de cualquier universidad o colegio.
La formación de los alumnos, la reputación de la institución y la protección de los datos personales y el conocimiento que atesora bien merece un esfuerzo decidido en este camino de la digitalización.